“Elena tiene 10 años y se siente feliz, por fin ha conseguido superar sus dificultades de aprendizaje en la lectura gracias a una detección preventiva, coherente, eficaz y diferente…”
Las dificultades en el aprendizaje no son un invento, tampoco derivan de los comportamientos de los alumnos (aún escuchamos decir a algunos profesores: “No tiene interés, es un vago…”), tampoco son una construcción social a pesar de las circunstancias educativas, ambientales o psicológicas implicadas en su aparición… Las dificultades de aprendizaje son un hecho real, un fenómeno verdadero que, en ocasiones, permanece hasta avanzada edad a pesar de las posibilidades de identificación temprana con las que contamos en la actualidad. Existe un importante número de chicos y chicas sin un aparente problema pero tienen dificultades para seguir el ritmo de la clase… ¿Por qué siguen estando en “tierra de nadie”?
La definición que ha obtenido mayor consenso sobre el tema que nos ocupa es la siguiente:
Las dificultades de aprendizaje son un término genérico que se refiere a un grupo heterogéneo de trastornos, manifestados por dificultades significativas en la adquisición y uso de la capacidad para entender, hablar, leer, escribir, razonar o para las matemáticas. Estos trastornos son intrínsecos al individuo, y presumiblemente debidos a una disfunción del sistema nervioso, pudiendo continuar a lo largo del proceso vital… (NJCLD- National Joint Committee on Learning Disabilities- en 1988)
Veamos el caso de Carolina según nos relata su madre:
«Los problemas de Carolina empezaron desde el embarazo, tuve dos acontecimientos muy duros y desagradables que me provocaron mucho estrés y se ralentizó su desarrollo ya en el útero. Cuando nació y durante los meses siguientes todos me decían que era un bebé tranquilo y que tenía mucha suerte, pero a mí me parecía que algo no iba bien, no tenía interés ni curiosidad por las cosas. En Infantil presentaba un retraso en su lenguaje pero cuando Carolina comenzó la Primaria, muchas de sus habilidades y capacidades estaban por debajo de los niños de su edad. Le costaban muchísimo la lectura y la escritura, además empezó a sentirse poco valorada en clase… Estoy convencida de que una detección temprana nos hubiera ayudado muchísimo”
Una detección preventiva ¿es posible por fin?
Por supuesto. Si somos capaces de observar de manera temprana y rápida esas señales presentes en nuestros hijos y/o alumnos conseguiremos una identificación por prioridades de las diferentes dificultades de aprendizaje y desarrollo en el momento más propicio de desarrollo escolar.
¿Cómo hacerlo? Os presentamos díde
díde es una herramienta educativa online para identificar o descartar posibles dificultades en el desarrollo y aprendizaje de los niños y adolescentes (a partir de 2 años) y actuar en función de los resultados. El método díde está basado en la observación de las personas que mejor conocen al niño, sus familiares más cercanos y profesores, favoreciendo su desarrollo óptimo y feliz. Todo ello mediante un sistema digital, rápido, fácil, fiable y eficaz en el que no interviene el niño.
Mi hijo es adolescente, ¿no es demasiado tarde para identificar los problemas que le impiden un buen rendimiento en sus estudios?
No es demasiado tarde. En el adolescente resulta prioritario mantener su autoestima a flote y su autoconcepto positivo para ayudarle a superar problemas académicos. Actualmente existe una creciente concienciación de los problemas en numerosas ocasiones, ya no conllevan el estigma que representaban.
El padre de Miguel nos explica:
«Miguel no tiene confianza en sí mismo, necesita que yo esté a su lado constantemente, se bloquea en las pruebas escritas… Me gustaría mucho que consiguiera una autonomía y se sintiera mucho más capaz por sí mismo… Ya tiene 15 años”
¿En qué se diferencia díde de los instrumentos convencionales?
La plataforma díde estudia 35 indicadores para prevenir, detectar o descartar posibles dificultades de aprendizaje y del desarrollo. En los sistemas habituales es el niño o el adolescente quien contesta a una batería de cuestionarios a raíz de un bajo rendimiento escolar, realizándole multitud de estudios acompañados de entrevistas a la familia y soportando una gran fatiga emocional, “díde” ofrece las siguientes ventajas y diferencias con respecto a otros sistemas, citamos algunas de ellas:
Ahorra tiempo a los profesionales
- El niño NO interviene, continúa con su día a día habitual.
- Participación de las personas que mejor conocen al niño, sus familiares más cercanos y profesores (multiobservadores)
- Conexión escuela-familia. Los cuestionarios activan la observación de las familias y estas son partícipes del resultado del informe.
- Puede usarse colectiva o selectivamente.
- Se usa vía online, desde casa o en el colegio, cada observador con su dispositivo y a su ritmo por lo que resulta muy útil para todo tipo de familias.
- Los informes son muy certeros a la hora de determinar qué posible dificultad o dificultades están interfiriendo en el día a día del niño. Facilita el diagnóstico final al profesional competente.
- La plataforma ofrece unas pautas de orientación y actuación sencillas realizadas por profesionales de la orientación educativa especialmente diseñadas para acompañar a las familias y profesores mientras te comunicas y aprendes con el niño.
- Para las familias es muy práctico porque orienta en base a los resultados. Te indica si todo va bien en esos indicadores, si se necesita más atención y observación o si el resultado necesita validarse por un profesional que pueda ofrecernos el diagnóstico final.
¿Cómo deben actuar los padres ante las dificultades de aprendizaje o desarrollo detectadas en sus hijos? La familia: concienciación y beneficios de la identificación temprana.
Iván tiene 8 años. Presenta dificultades de aprendizaje principalmente en el entendimiento de los textos, órdenes o problemas escritos, no sigue el ritmo de la clase y lee muy despacio para su edad. Estuvo con un logopeda durante año y medio pero llegó un momento que la mejora se estancó. Además, el niño recibe refuerzo escolar en matemáticas y lenguaje. Pero todo esto parece no solucionar sus problemas.
La información que reciben los padres del colegio y del propio comportamiento que observan en casa da pistas para identificar las dificultades de aprendizaje de sus hijos. Los profesores pueden detallar el rendimiento y conducta del niño en la escuela, pero son los padres quienes tienen la oportunidad de seguir su rendimiento en las tareas escolares y su conducta en el hogar, díde nos ayuda.
Los 35 indicadores que abarca díde están divididos en 3 cuestionarios :
- EMOCIÓN Y COMPORTAMIENTO (14 indicadores díde)
- DESARROLLO Y HABILIDADES SOCIALES (11 indicadores díde)
- EDUCACIÓN Y APRENDIZAJE (10 indicadores díde)
De esta forma le damos coherencia a la amplia gama de situaciones que contempla (detecta/ descarta) díde, al mismo tiempo el cuestionario se convierte en una herramienta más accesible y sencilla.
Es esencial que los padres reaccionen en cuanto detecten los primeros indicios. Deben mostrarse comprensivos y entender que el hijo tiene unas dificultades específicas que provocan que no pueda realizar las tareas con la misma facilidad que el resto. Una vez que se conocen los problemas de aprendizaje, (por el diagnóstico de un profesional competente) debemos ser conscientes de la realidad y adaptarnos, es decir, ajustar nuestras expectativas a la nueva situación con exigencias razonables a su capacidad, nunca con presiones injustificadas.
Descubre la historia de David. Con una detección temprana, todo sería diferente…
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[…] de diagnóstico es el mayor problema de la dislexia, cuyo tratamiento se podría mejorar con la detección temprana. Esto debería hacerse en la infancia, pero la falta de estrategias de detección precoz durante […]
[…] Cada vez son más las instituciones y los profesionales que se comprometen con el efecto díde, movidos por sus mismos valores. La Federación de Centros de Enseñanza de Valencia (FECEVAL) ha sido hasta la fecha la última de las organizaciones en mostrar su interés por este proyecto de prevención, orientación y detección temprana de dificultades del aprendizaje y del desarrollo en niños/as y jóvenes de los 2 a los 18 años, díde. […]
[…] profesionales de la educación y también las familias deben abrirse a nuevas metodologías que les permita conocer mejor al niño y sus circunstancias, existen indicadores directamente […]