Razones del fracaso escolar.
El nivel académico alcanzado se ha convertido en el principal elemento diferenciador de nuestra sociedad. Son estos tiempos en los que conseguir una buena posición dentro de la sociedad y del mercado laboral requiere de un cada vez mayor nivel de estudios, al menos postobligatorios y preferiblemente también superiores. Es por eso que cuestiones como el abandono y fracaso escolar, el bajo rendimiento académico, la desafección que siente el alumnado por la escuela, la repetición escolar, etcétera, han sido desde hace ya varias décadas tema de debate en medios de comunicación y revistas científicas, siendo al mismo tiempo objeto de preocupación de muchos padres y de la sociedad en su conjunto.
No es fácil precisar las causas que pueden empujar a nuestros hijos a caer en situaciones de fracaso escolar. Los motivos son siempre múltiples y suelen aparecer combinados entre sí. La mayor parte de ellos se debe a dificultades del aprendizaje no detectadas ni tratadas a tiempo, y especialmente a elementos externos al individuo (escolares, familiares, sociales).
El fracaso escolar es cosa de todos, desde la administración educativa hasta los propios niños/as, pasando por la familia y por supuesto la propia escuela.
En los procesos por los que pasan los niños/as a lo largo de su vida escolar influyen el apoyo recibido por parte de los padres o los recursos materiales y económicos que puedan poner al servicio de su educación. En su éxito o fracaso escolar puede influir especialmente la escuela, a través de los métodos didácticos que emplea el profesorado en sus clases, su formación académica y pedagógica, el tipo de relación que fomente y desarrolle con sus alumnos/as, el clima escolar en general, etcétera.
El elemento decisivo suele pasar por los modelos que el alumno/a tiene como referentes. ¿Son sus referentes sus padres, que día a día le animan a estudiar? ¿Son sus compañeros de aula, que ven los estudios como algo secundario?
Tanto la familia como la escuela y por supuesto la sociedad tienen un papel activo en cómo construyan los niños/as sus referentes y sus motivaciones.
Un profesor que da por perdido a un alumno y le excluye del grupo fomenta en él sin saberlo un determinado papel dentro del aula (por ejemplo, el papel de mal estudiante, que interrumpe las clases, que sólo ansía salir del aula, etcétera). Unos padres que no creen en el potencial que tiene su hijo/a dentro de la escuela fomentan en él el mismo tipo de actitud hacia ésta.
Tenemos muy buenos profesores en nuestras escuelas, pero si estas no son capaces de convertirse en espacios de experimentación que acepten que los alumnos se equivoquen sin que ello signifique excluirles por ello (pensemos que sin error no hay aprendizaje posible), espacios que apuesten seriamente por el éxito escolar para todos respetando sus ritmos de aprendizaje y haciéndoles sentir parte de su propio proyecto educativo, estaremos fomentando una desafección cada vez mayor por la escuela.
Pero para ello, además de la colaboración de la administración educativa, de los padres y de la sociedad en su conjunto, es necesario disponer de herramientas que nos permitan radiografiar mejor las necesidades de nuestros hijos/as, sus dificultades en el aprendizaje, sus intereses y todos los elementos que nos permitan entender mejor tanto su trayectoria escolar como la que esperan tener en el futuro. No detectar a tiempo los problemas hace que estos se intensifiquen en el futuro y se actúe cuando ya es demasiado tarde.
díde plataforma online de detección temprana de dificultades del aprendizaje y desarrollo.

Artículo publicado en la revista «Familias XL» de la federación de asociaciones de familias numerosas de la C.V.
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EL MAESTRO NUNCA DEBE DE EXCLUIR
A LOS ALUMNOS DE BAJO RENDIMIENTO EN LAS ACTIVIDADES, DEBE TRABAJAR MAS CERCANO CON CADA ALUMNO QUE PRESENTE DIFICULTAD, DEBEMOS HACER PARTICIPAR EL NOVATO Y EL EXPERTO
Así es. Es importante conocer a cada uno de los alumnos/as, saber cuáles son sus dificultades y sus necesidades para ofrecerle la ayuda que necesita.